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miércoles, 25 de noviembre de 2009

RECORDANDO A MANUEL BENÍTEZ CARRASCO

Y SE MARCHÓ EL POETA...

Ha muerto Manuel Benítez Carrasco, mi maestro. Él, que era todo un ser humano y una de las voces más singulares del alma poética, ya no está entre los que respiramos. Agotó su aliento luchando con una enfermedad que se rompe el corazón a si misma y a todos. Se ha fugado al silencio y en él está, de pié, con su exquisita figura, con su bastón, con su sonrisa
-mitad dulzura, mitad ironía- y la tímida calidez de su mirada. Se apagó su voz de clavo y arrayán.
Manolo ha dejado un legado de versos navegables y redondos, sus magníficos poemas de Mi barca, suya y nuestra, con la que iba y siempre volvía de México a Málaga, de Buenos Aires a Granada, de corazón en corazón. Dejó también el eco de su palabra niña, tierna y pasional, en el aire del Teatro Cervantes, en las aristas de cristal de Cofarán, en el barroco oxígeno de El Gaucho Argentino, en los últimos cañizos del Merendero Miguel, en la brea azulada de Huelin, en el marismo de Playamar, en las voces elevadas al siempre de Lola Flores, Manolo Caracol, Enrique Montoya, Gabriela Ortega..., en las de Rocío Jurado, Diego Gómez... y tantos otros ecos suaves y terrenales en los que leemos sus perfectas soleares, sus poemas de jazmín y clavel, todo perfume de oídos. Sus libros son árboles floridos, resueltos en trinos y amarguras. La luz de la pasión llevan por dentro. Esencia de agua y de muertes pequeñas son. Ahora, que la suya es una muerte grande y de verdad y sabiendo que Manolo ya estará donde siempre estuvo, en los libros, en el silencio, en el corazón de los amigos y en muchos sitios a la vez, yo quedo en Málaga echándole de menos, sin llegar a entender porqué se mueren mis dioses.

En Granada vio la luz
Manolo, por vez primera.
Por la señal de la Cruz,
con luz vino y con luz queda
el gran poeta andaluz.


*Este texto lo escribí hace ahora diez años, para el homenaje que le rendimos en La Peña El Sombrero, que por aquel tiempo dependía, en lo que a actividades culturales respectaba. a mí gestión. El día antes, participé en otro homenaje que se le rindió en el Ateneo de Málaga. Y nunca desaproveché un foro poético para recordarlo desde entonces.

El próximo día 27, a las 20 horas, en colaboración con la ARE, Asociación de Rapsodas Españoles, Calle del Agua recordará a su poeta, al que dedicamos siempre su rincón poético en nuestra revista, a quien también le debemos el nombre que nos identifica "Calle del Agua".

Mariví Verdú

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