

Ha muerto Manuel Benítez Carrasco, mi maestro. Él, que era todo un ser humano y una de las voces más singulares del alma poética, ya no está entre los que respiramos. Agotó su aliento luchando con una enfermedad que se rompe el corazón a si misma y a todos. Se ha fugado al silencio y en él está, de pié, con su exquisita figura, con su bastón, con su sonrisa
-mitad dulzura, mitad ironía- y la tímida calidez de su mirada. Se apagó su voz de clavo y arrayán.

En Granada vio la luz
Manolo, por vez primera.
Por la señal de la Cruz,
con luz vino y con luz queda
el gran poeta andaluz.
Manolo, por vez primera.
Por la señal de la Cruz,
con luz vino y con luz queda
el gran poeta andaluz.
*Este texto lo escribí hace ahora diez años, para el homenaje que le rendimos en La Peña El Sombrero, que por aquel tiempo dependía, en lo que a actividades culturales respectaba. a mí gestión. El día antes, participé en otro homenaje que se le rindió en el Ateneo de Málaga. Y nunca desaproveché un foro poético para recordarlo desde entonces.
El próximo día 27, a las 20 horas, en colaboración con la ARE, Asociación de Rapsodas Españoles, Calle del Agua recordará a su poeta, al que dedicamos siempre su rincón poético en nuestra revista, a quien también le debemos el nombre que nos identifica "Calle del Agua".
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