7 NÚMEROS DE CALLE DEL AGUA, 7 ÉXITOS DEL COLECTIVO

Con cuánta ilusión sacamos a la luz nuestra primera revista. Aún puedo recordar cada momento vivido: los momentos anteriores, investigando y preparando la edición; durante el acto de presentación, verdaderamente emotivo, y después, con la espléndida acogida del mundo del flamenco y de las artes que tienen cabida en nuestra publicación. Un recorrido por los Montes de Málaga, buscando la Fiesta hasta llegar a Comares. Prácticamente está dedicada en su totalidad a los Verdiales, primera piedra del Flamenco, arte que nunca olvidamos. Calle del agua no estaba ajena a las inquietudes de sus jóvenes ni escatima en el recuerdo de los mayores, los que están y los que se han ido, resaltando cuanto cree oportuno y siempre limitada a la capacidad real de la revista. Sobre diseño encargado a Ferrán Fernández salió el número 1, editado por CEDMA, ya que el flamante nuevo presidente de la Diputación vió oportuno y encantado subvencionar asumiendo el coste de la edición. Aún recuerdo cómo fue ese encuentro. Fuimos tres personas de la Asociación, Jesús González Fernández, fundador junto a Francisco Parra y yo, tesorero por aquellos momentos; Antoñita Contreras y la que suscribe, Mariví Verdú. Llegué en un taxi que me dejó en la Acera de la Marina, con un tomo de papeles en mis manos llenitas de tinta. Cuando extendí mi mano para saludar a Pendón, le pedí disculpas por el estado en que las llevaba. Era la primera vez que nos veíamos. Me sonrió y dijo que no importaba. Yo no podía ni hablar. Yo por aquel tiempo fumaba y me invitó a un cigarrillo. Parece que me tranquilizaba, pero eso no era cierto. Un cigarro, lejos de hacer nada bueno con las criaturas, las pone más alteradas todavía. No daba pie con bola, pero llevaba una buena baza en las manos: el primer número de Calle del Agua. Le echó un vistazo, cogió el teléfono y llamó a Félix Martín Carro. Un rato más tarde estaba llevando la maqueta al Centro de Ediciones de la Diputación para su impresión.